“Se acabó”, pareció decir el esloveno Tadej Pogacar mientras entraba en solitario en la cima de La Couillole señalando con una mano su quinta victoria en este Tour, que deja la carrera vista para sentencia a falta de la contrarreloj que este domingo en Niza pondrá colofón a la 111 edición de la “grande boucle”.
“Se acabó”, pareció decir el esloveno Tadej Pogacar mientras entraba en solitario en la cima de La Couillole señalando con una mano su quinta victoria en este Tour, que deja la carrera vista para sentencia a falta de la contrarreloj que este domingo en Niza pondrá colofón a la 111 edición de la “grande boucle”.
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